martes, 9 de marzo de 2010

Capítulo.4

Llegué a casa echa una furia. Entré rápidamente y me dirigí a mi dormitorio. No quería ver a nadie.
Odiaba a Damon, y mucho.
No era justo lo que me había hecho. Ponerse así sin darme una mísera explicación. No me parece bien.
Y lo mejor fue que tuvo que persuadir a Matt, eso ya era el colmo. Bien, Damon. ¬¬

Esa tarde no hice otra cosa que ver una película y escuchar música, ya que no tenía más ganas de salir y cruzarme con la gente.
El día había sido un desastre y todo por culpa de mi estúpido plan. ¿Quién me mandó poner celoso a Damon? Porque no dio el resultado que esperaba…

**

Por la noche a la hora de la cena bajé a la cocina y me senté en la mesa. Elena me miró y con esa mirada me lo dijo todo. Ella sabía que no estaba de humor y quería saber porqué. Ya que ahora Stefan no estaba decidí hablar.

- ¿Qué te pasa? –me preguntó al ver que yo no hablaba.
- Damon… -solté.
- ¿Qué te ha hecho? –noté como se había irritado.
- Estaba comiendo con Matt y se entrometió y lo estropeó todo…
- ¿Tenía alguna razón?
- No… Simplemente parecía que se aburría y tenía que venir a fastidiarme. Ya sabes como es él. No quiero saber nada de él. Es estúpido. –me levanté de la mesa y me fui sin tan siquiera probar bocado. Estaba demasiado alterada. Así que subí a mi dormitorio y me eché en mi cama, pero me volví a levantar al recordar algo. Me acerqué a mi ventana y la cerré. Así Damon no podría entrar cuando él quisiese, ya que Elena le invitó a entrar aquel día. él ahora pensaba que podía visitarnos cuando le viniese en gana, y esa noche no iba a ser así. Ni esa noche ni ninguna otra noche.

Me tumbé en mi cama y cerré los ojos, estaba muy cansada y nerviosa, no tardé mucho en dormirme.

**

Me levanté a la mañana siguiente, me preparé y me vestí. Al terminar, llamé a Matt y le dije que si quería quedar para dar una vuelta por el pueblo. Aceptó encantado. Así que me puse muy guapa, bajé a desayunar algo y directamente me fui.

Había quedado con Matt en la plaza. Me senté en un banco y le esperé ahí. Pasado un rato se presentó con un rosa y se sentó a mi lado.

- Para ti… -me dio la flor.
- ¡Oh, gracias, Matt! ¡Es preciosa! –la olí.
- Gracias a ti por haberme llamado. Tenía ganas de verte. –me sonrió.
- Matt, yo… Lo siento por lo de ayer… No sé qué le pasó a Damon. –me expliqué.
- No importa, lo importante es que tú y yo estamos aquí, sin nadie que nos interrumpa… -me miró dulcemente. Yo no pude evitar sonreír. Matt era tan dulce, era un cielo. No sé cómo Elena pudo dejarlo escapar, era perfecto. Lo conocía desde que era muy pequeña y siempre había sido mi amigo, había estado siempre ahí para mí. Y ahora al escucharle hablar, comencé a sentir una sensación que me envolvía no sabía exactamente qué era pero me encantaba.
- Roxy, me gustas mucho… Yo no sé si te gusto a ti… Pero llevo mucho tiempo detrás de ti. Eres tan buena conmigo y tan dulce y eso me encanta. Y yo… -no le dejé terminar porque ya le había besado.

*[PUNTO DE VISTA DE DAMON]*

Salí a dar una vuelta por el pueblo. En casa estaba aburrido. Stefan ya se había ido con Elena y no tenía nada que hacer. Tenía pensado molestar a mi hermano, pero ya que no estaba tenía que buscar un plan B.
Así que salí a ver qué me podía encontrar.
Esta vez no me llevé el coche, fue caminando, aunque sabía que saliendo me iba a aburrir igual, pero no le di importancia.

Tenía pensado ir a ver cómo estaba Roxy, aunque sabía que estaba molesta, pero por ir a molestarla un rato no perdía nada.
Pasé por delante de la plaza y observé a mi alrededor. No había más que gente caminando con sus hijos o perros, o gente sentada en la hierba.
Me fijé en una pareja a lo lejos que estaba sentada en un banco. Al pasar por delante me di cuenta de quiénes era… Y me quedé estupefacto.

Eran Roxy y el estúpido ese besándose. Pero, ¿cómo?
Eso sí que ya no me gustaba nada…
¿Roxy y ése?
Me entraron ganas de lanzarme a por él, pero me contuve. Pasé de largo y me dirigí a casa de Elena y Roxy.
Quería saber qué estaba pasando.

Llegué a la casa y toque la puerta. ¿Por qué había tocado la puerta si podía entrar cuando quisiese?
Entré y me encontré a Elena con la intención de abrirme.

- Hola, Damon. Buenos días a ti también. –soltó irónicamente Elena.
- No tengo tiempo para tonterías. –le solté.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué has venido? –me preguntó.Y vi a Stefan aparecer tras el marco de la puerta del salón.
- Es por Roxy…
- No está… -contestó Stefan.
- ¿A ti quién te ha dado vela en este entierro, hermano? –le miré furioso. Vi como Stefan pretendía tirarse sobre mí, pero Elena lo paraba. Yo sólo reí. - ¿Qué hace Roxy con ese idiota del equipo de Fútbol?
- ¿Por qué lo dices, Damon? –preguntó Elena.
- ¡Se estaban besando! –le contesté.
- ¿Y qué?
- ¡Que era tu ex novio! –le solté. Vaya contestación más tonta di.
- Si ella es feliz con él, no me importa. –me dijo. Y me dirigió a la cocina. –Quiero que te alejes de ella. No quiero que estropees su felicidad. Si ella es feliz, déjala. No hace más que causarle daño. Sólo te digo que si me entero de que la has lastimado, voy a por ti. –yo al escucharlo me reí.
- No te tengo miedo, Elena. –me marché de ahí sin decir nada más.

*[FIN DEL PUNTO DE VISTA DE DAMON]*


Ya habían pasado dos días desde que comencé a salir con Matt, todo me iba mejor que nunca. Era feliz y parecía que me había olvidado casi del todo de Damon.
Ya no ansiaba verle, ni soñaba cada noche con él.

Con Matt todo iba bien, estábamos muy bien juntos. Llevábamos muy poco, pero era como si ya llevásemos una eternidad. Me encantaba estar con él.

Al salir de clase, me dirigí al coche de Elena. Tenía que esperarla un rato, ya que ella aún tenía unas cosas que hacer.

Me apoyé en el coche y esperé.

Levanté la vista y me encontré a Damon. Me acerqué a él con intención de saludarle.

- Roxanne… -soltó secamente. Odiaba cuando decía mi verdadero nombre. Eso significaba que nos iba mal, bueno mal no, muy mal.
- Damon… -quise decirle algo, pero vi que Caroline llegaba. Damon miró a mi amiga y la besó. Yo me quedé sin habla. ¿Damon con Caroline otra vez? No podía ser.
- Vámonos, preciosa. –le cogió la mano a Caroline y se marcharon. Yo me quedé estupefacta. No me lo podía creer…

**

Esa tarde no tenía que hacer nada, me dirigí a casa de los Salvatore. Quería hablar seriamente con Damon. Quería saber qué estaba pasando. Y por qué él estaba así conmigo.

Toqué a la puerta y esperé. Me abrió Stefan.

- ¡Stefan! –le abracé. Aunque no lo pareciese yo tenía mucha confianza con él. Aunque últimamente estábamos algo distanciados.
- ¡Roxy! ¿Qué haces aquí? –me miró.
- ¿Está Damon? –le pregunté tímidamente.
- Sí, está arriba… -cerró la puerta.
- Gracias. –le sonreí y subí.

Crucé el pasillo, estaba muy nerviosa. Vi la puerta entreabierta y me acerqué la abrí despacio. Asomé la cabeza. Quería ver si estaba solo o con… Caroline.
Le vi ahí sentado en la silla leyendo algo.
Entré muy lentamente y le miré.
- ¿Qué haces aquí, Roxanne? –dijo sin tan siquiera mirarme.
- Deja de llamarme Roxanne, no me gusta. –le contesté.
- Ése es tu nombre, ¿o me he equivocado? –me soltó. – No has contestado a mi pregunta.
- Vengo a hablar contigo.
- ¿De qué? ¿Hay algo de lo que hablar? –me preguntó.
- ¿Podrías mirarme? Odio hablar y que no me miren. –le dije yo algo enfadada. Él me miró y se levantó.
- Ya está. Ahora, ¿a qué se debe tu visita?
- Te echo de menos, Damon. Casi nunca te veo. –le comencé a contar.
- Estoy muy ocupado. Ya sabes Caroline… -sonrió.
- No la quieres…
- ¿Y tú qué sabes? Caroline es perfecta, además es muy influenciable, hace todo lo que yo quiero. Estaba deseando volver con ella.
- No seas mentiroso. Tú sigues enamorado de Katherine. –solté furioso. – Que ese es otro tema. Seguir enamorado de esa estúpida que tan sólo te hizo daño. ¡Qué triste! –me había cabreado de verdad. Sabía que estaba metiéndome en la boca del lobo pero yo seguí. – ¡Olvídala ya! –me callé. – Me gustaría haber conocido a Katherine. Seguro que era una zorra, y tú le ibas detrás como su perrito faldero… -vi como Damon se lanzó sobre mí y agarró mi cuello con sus manos.
- No vuelvas a mencionarla, ¿vale? –me apretó más fuerte. Yo como pude contesté.
- ¿Por qué? ¿Qué vas a hacerme? ¿Morderme? ¿Matarme? No te tengo miedo, Damon. -él me miró con mucha furia en sus ojos. En tan sólo un segundo se tornaron de color rojo y comenzaron a salirle esas arrugas alrededor de los ojos. Vale, ahora sí tenía miedo.

Vi como se giraba y comenzaba a respirar profundamente. Intentaba calmarse. Yo me quedé en mi posición estaba inmóvil.
En cuanto pude reaccioné y me acerqué a él. Me arrepentí de haberle dicho todo aquello.

- Damon… -le puse mi mano sobre el hombro. Él aún seguía girado.
- ¡VETE! -me gritó. Yo no hice caso e intenté abrazarle, pero él me empujó y me golpeé con el escritorio. Me clavé la punta de la mesa en la espalda y comencé a sangrar. Damon me miró y no pudo contenerse, se lanzó a por mí. Yo sólo pude gritar.

En ese momento apareció Stefan y lanzó por los aires a Damon. Luego se lanzó sobre él y lo intentó calmar. Damon lo apartó y se marchó a toda velocidad de ahí.


Yo empecé a cerrar los ojos, estaba perdiendo mucha sangre. Lo último que recuerdo fue que Stefan llamaba a Elena y me cogía en brazos…

1 comentario:

  1. Está muy bien Vicky =)
    a ver que pasa en el siguiente....
    bss

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