domingo, 7 de marzo de 2010

Capítulo.3

*[PUNTO DE VISTA DE DAMON]*

Ya estábamos volviendo y no quedaba mucho para llegar a Mystic Falls. Yo no estaba muy concentrado en la carretera, más bien miraba a Roxy. No quería hacerle pasar una mala noche y resulta que al final todo se fue al traste por ese estúpido vampiro. Aunque ahora ya no había que preocuparse por él, no volvería a molestar más…

Seguí contemplando un rato más a Roxy, estaba dormida. Miré fijamente su rostro. Ella definitivamente no era Katherine, pero sé que podía proceder de su familia, tanto ella como Elena se parecían muchísimo a Katherine, y era algo que cada vez que fascinaba más, algo que hacía que no dejase de contemplar a las hermanas Gilbert.

Volví a poner la vista en la carretera, quería llegar cuanto antes y dejar a Roxy en su casa, ya que luego me tendría que encargar de Stefan…

*[FIN DEL PUNTO DE VISTA DE DAMON]*


Comencé a abrir los ojos muy lentamente, noté una suave brisa y escuchaba ruidos, debíamos de estar volviendo a casa. Como pude me incorporé, giré la vista y me encontré con Damon mirando fijamente a la carretera.

- ¿Dónde estamos? –pregunté poniéndome la mano en la cabeza. Tenía una pequeña herida, debía de ser de cuando forcejeé con aquel vampiro.
- Ya estamos llegando a Mystic Falls. –no me miró. Hubo un pequeño e incómodo silencio hasta que volvió a hablar. - ¿Estás bien? –ahora sí que me miró.
- Me duele un poco la cabeza y tengo una pequeña herida, pero no es nada… -le miré tímidamente. – Gracias por salvarme, Damon.
- Tuviste suerte de que llegara a tiempo… -dijo secamente.

Le noté muy raro, así que decidí no hablar en lo que nos quedaba de trayecto. Me giré y contemplé el cielo estrellado, es lo único que hice hasta llegar a casa.


En cuanto llegamos Damon paró el coche y me acompañó hasta la puerta, tocó y en seguida nos abrieron Stefan y Elena. Parecían furiosos.

- ¡Roxy! –me abrazó Elena y me hizo entrar. Miré a Stefan y noté que miraba mal a Damon. Yo en seguida me giré a mirarlos. Elena se dirigió a Damon y le levantó la mano, pero antes de que le golpease la cara, él paró su brazo. - ¿Qué le has hecho a mi hermana?
- No le he hecho nada. –dijo aún aguantando el brazo de mi hermana.
- ¿Cómo has podido llevártela así? –preguntó Stefan. Vi que Damon iba a hablar pero yo fui más rápida.
- Él no tiene la culpa. Todo es culpa mía. –Damon me miró sorprendido.
- ¿Qué? ¡Explícate! –me soltó Elena.
- Yo… Yo estaba en el recreo y me encontraba mal, por eso no me senté con vosotros. Y bueno llamé a Damon y le pedí que me llevase a algún sitio tranquilo y así hizo él y bueno…Fuimos a dar una vuelta y en un momento que me alejé un poco me atacó un vampiro… Si no llega a ser por Damon no sé qué hubiese pasado… Así que no tenéis que descargar vuestra ira con él sino conmigo. Y además debéis de agradecerle que me salvase la vida. –me giré y me dirigí escaleras arriba. Quería estar sola, pero antes me giré a decir una última cosa. - ¡Ah! Y por cierto… La próxima vez dejad que la gente se explique antes de sacar conclusiones propias.
- ¡Roxy! –me llamó Elena. ¡Lo siento! No te vayas…

Me senté en la esquina de las escaleras y escuché a mi hermana pedirle perdón a Damon, después le dio las gracias y se dirigió al salón con Stefan, éste aún miraba mal a su hermano.
Después dirigí mi vista a la puerta principal y vi a Damon marcharse por ella. Entonces me dirigí a mi dormitorio y me eché en la cama. Me puse a mirar al techo y a recordar el día de hoy, había sido fantástico, por fin me había sentido libre y feliz.

De repente escuché un ruido miré la ventana y ahí vi a Damon, sentado en el marco con esa sonrisa suya tan característica.

- Me gustaría saber qué piensas ahora mismo, porque no haces más que sonreír. –me miró y esperó una respuesta.
- Pienso en el día de hoy… -no le miré ya que sentí algo de vergüenza.
- Ha estado bien. –contestó mirando por la ventana. Volvió a haber un silencio. -¿Por qué me has defendido antes?
- Porque no mereces que te echen la bronca por haberme hecho sentir bien. –me acerqué a él.
- Gracias… -me miró.
- ¿Por qué en el coche has estado tan distante? –me entró curiosidad.
- Por nada… Cosas mías…
- Quiero saberlo. –le acaricié el pelo. No sabía cómo había sido capaz de hacer eso, pero lo hice.
- Tengo que irme. Adiós, Roxanne. –pero yo le cogí del brazo y se lo impedí.
- No te vayas, por favor… Tengo un poco de miedo después de lo de esta noche… Quédate. –era verdad tenía miedo, a saber si había más vampiros rondando por ahí o acechándome.
- Vale, me quedo. ¿Pero no crees que si me ven Stefan o tu hermana me matarán? Ya están hartos de mí.
- Hay una solución. –me acerqué a la puerta y cerré con llave. –nadie podría entrar.
- Sólo me quedaré hasta que te duermas… -me miró.
- ¡Vale! –le sonreí y me tumbé sobre la cama. Él se sentó en la silla que había a mi lado y se quedó mirándome. Pero no me importó porque yo hice lo mismo, no podía evitar sonreír. Había sido un gran día.

**

Al día siguiente me levanté y me dirigí al baño, ahí me encontré a Stefan y a Elena besándose. Seguramente Stefan había pasado la noche en casa, ya que la tía Jenna debía de estar aún fuera de la ciudad.

- ¡Perdón! No quería molestar… -me di la vuelta.
- No si nosotros ya nos íbamos… -se sonrojó Elena. –Vamos, Stefan. –le tiró de la mano y se dirigieron a la habitación.
Al ver que mi hermana y Stefan habían abandonado el baño, cerré la puerta, me metí en la ducha y dejé caer el agua sobre mi piel.
Lo primero que me pasó por la cabeza fue lo bien que dormí ayer por la noche. Me sentí protegida teniendo a Damon a mi lado, debería de haber más noches así. ¡Porque me encantó!

Salí de la ducha, dejando mis pensamientos de lado y comencé a vestirme. Me puse una camiseta algo escotada y una mini falda. Hoy me sentía bien y por ello quería vestirme algo más guapa.

Me senté en mi cama y me puse a pensar de nuevo. La actitud de Damon la noche anterior fue muy rara, y aún no sabía por qué…
Pero lo que sí sabía es que quería llamar su atención, ya que parecía que él me veía como a una niña pequeña a la que cuidar, y no como a una chica de la que poder enamorarse. Estaba dispuesta a hacerle olvidar a Katherine.
Y el primer paso sería intentar ponerle celoso.
Puede que yo no le gustase a Damon, pero a él no le agradaba nada que estuviese con chicos, puede que significase que sintiese algo por mí o que sólo quería protegerme, pero iba a averiguarlo.
Y ya sabía con quien podría llevar mi plan acabo, con Matt. Era un chico bastante guapo, era jugador del equipo de Fútbol del instituto y fue el ex novio de Elena. Parecía que sentía debilidad por las hermanas Gilbert. Había oído que yo le gustaba, pero él nunca me había llegado a gustar de verdad, así que no hice mucho caso de los comentarios. Pero ahora podría “fijarme” en él para llevar a cabo mi plan…

Bajé al salón y ahí me encontré a Stefan, Elena y Matt. Sabía que él venía cada sábado a mi casa para pasar un rato con nosotras.
Entré en el salón y me senté.

- ¡Hola! –miré a Stefan y Elena. - ¡Hola Matt! –le dediqué una sonrisa.
- ¡Waau! ¡Estás preciosa! –me dijo Matt.
- ¡Gracias!
- Por cierto… ¿Tienes algo que hacer a la hora de comer? –bien, me lo ponía fácil.
- ¡No! –le miré.
- Es que quería invitarte a comer…
- ¡Acepto! No os importa, ¿no? –miré a mi hermana y a su novio.
- ¡No, claro que no! –me contestó Elena.
- ¡Bien! Podríamos irnos ya… -miré a Matt. Él asintió.

Cogí mi chaqueta y nos marchamos en dirección a su coche.

**

Elena y Stefan seguían ambos atónitos en el sofá.

- ¿Has visto eso? –preguntó Elena.
- ¿Con Matt? –contestó con otra pregunta Stefan.
- Bueno, mejor con que Damon… -soltó Elena.
- Tienes razón. A lo mejor tu hermana está empezando a sentir algo por Matt.
- Puede. Matt es un buen chico, me sentiría muy orgullosa si saliese con él. –se recostó en el pecho de Stefan.

**

Llegamos al Mystic–Grill, solíamos ir toda la pandilla ahí para tomar algo y comer. Hoy parecía estar muy lleno.
Nos sentamos y pedimos la comida.
Yo comencé a mirar de lado a lado. Sí, estaba buscando con la mirada a Damon. A esas horas ya solía estar ahí bebiendo algo.
Después de un largo rato mirando, le encontré ahí estaba, sentado en la barra con su copa de Whisky.
Comencé a hablar con Matt, pero elevé algo el tono. Sabía que Damon estaba escuchando las conversaciones que se mantenían en el local, era algo que le solía entretener. Yo sólo tenía que llamarle la atención y tarde o temprano se daría cuenta de mi presencia.


Estábamos ya comiendo, mientras charlábamos y nos reíamos. Cuando apareció Damon delante de nuestra mesa.

- ¡Damon! ¡Qué sorpresa! –fingí.
- ¿Qué haces aquí? –me miró. ¿Y con él? –echó una mala mirada a Matt.
- Estamos comiendo no lo ves… Matt me invitó. ¡Es un cielo! –le contesté a Damon.
- Sí, un cielo… -soltó con ironía. Se acercó a Matt y le miró fijamente. –Olvídate de que has estado aquí con Roxy y vuelve a tu casa. –estaba usando su poder de compulsión.
- DAMON, ¿Qué haces? –elevé el tono. Mientras veía como Matt se levantaba como un zombie y se iba.
- No me gusta que estés con ese… Idiota.
- ¿De qué vas? –me levanté y le empujé. – Tú no eres mi novio, así que no me montes la típica escena de celos. –parecía que funcionaba.
- ¿Yo, celoso? –se comenzó a reír.
- Entonces, ¿por qué lo has hecho, eh? –le miré.
- Porque sí…
- ¡Eres idiota! Lo haces porqué sí… Sin dar explicaciones… -me di la vuelta. ¡Siempre sabes estropear las cosas! –le recriminé. Sí, me había dolido que hiciese eso porque sí, sin una explicación. Ahora que por lo menos me lo pasaba bien. Me giré y decidida quise dirigirme a la puerta pero Damon me tiró del brazo. Nos quedamos muy cerca, estábamos a unos escasos centímetros y yo comencé a ponerme nerviosa. ¿Qué intenciones tenía, Damon? Se quedó mirándome pero no hizo nada. En ese momento volvió a aparecer Matt.
- Roxy, vámonos a otro sitio. –parecía que ya no estaba bajo el control de Damon. Supongo que al entrometerme entre los dos no funcionó del todo. –Siempre tenemos gente molestándonos, marchémonos.
- Pero, tío, ¿No te había dicho que te largaras? –le miró Damon. Yo me solté de su mano y me largué con Matt.


Si mi plan parecía haber funcionado, pero no tal y como yo quería…

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