lunes, 19 de abril de 2010

Capítulo.8



Me desperté, miré el despertador, eran las diez de la mañana.
Me giré y vi que estaba sola en la cama, todo lo de aquella noche debía de haber sido un sueño.
Me levanté y me vestí. Bajé a desayunar ahí me encontré a mi tía Jenna, a Elena y a Stefan.
En cuanto notaron mi presencia, se giraron y Elena corrió a abrazarme.

- Cariño, ¿Estás bien? ¿Cómo lo llevas? – me preguntó.
- ¡Me estás ahogando! –me soltó. - ¿Cómo llevo el qué? ¿Qué os pasa por qué me miráis así?
- Queremos saber cómo llevas lo de Matt… Lo que pasó con Caroline… Ya sabes…
- Lo llevo genial. Matt no me importa. –contesté.
- Cariño, no hace falta que ocultes tu dolor… -me dijo mi tía Jenna.
- ¿Dolor? ¡Yo estoy bien! No hace falta que os preocupéis por mí. –y me marché sin tan siquiera desayunar.

**

Al salir Roxy todos se quedaron muy desconcertados. Se miraron unos a otros sin saber el porqué de la actitud de la chica.

- Yo creo que intenta hacerse la dura. Está mal por dentro pero lo disimula porque no quiere que la veamos débil. –dijo Elena.
- Tendremos que ayudarla a superar esto. –propuso Stefan.
- No sé cómo Matt ha sido capaz de hacerle eso a Roxy. Él no es así. Siempre ha sido un buen chico y parecía que le gustaba de verdad Roxy. –contó Elena.
- Quién sabe a lo mejor ha cambiado y no es el mismo Matt que salía contigo. Ese chico tan bueno y tan dulce. –dijo Jenna.
- Puede ser… -contestó Elena.
- Habrá que hablar con él… -soltó Stefan.
- Será lo mejor. –contestaron a la vez tía y sobrina.

**

Salí a la calle a despejarme un poco y así de paso compraba algunas cosas que necesitaba. Caminé por el paseo.
Iba pensando en lo que había pasado la otra noche. Todo había sido tan bonito. Pero parecía ser un simple sueño.
¿Damon y yo?
¡Tonterías! Eso no podía ser.

En ese momento alguien se acercó a mí y me tocó la espalda. Me di la vuelta y me encontré con Matt.

- Roxy… Yo… Tengo algo que decirte. Ayer… Yo me acosté con Caroline. –se intentó explicar. –Y lo siento mucho… Yo, yo no quería. Yo te quiero a ti. Quiero solucionarlo contigo. No quiero que lo dejemos.
- Matt. –dije secamente. – Tú y yo no somos nada, ¿vale? Si quieres irte con Caroline vete. Para mí nunca has significado nada. Lo nuestro nunca ha existido. –intenté marcharme. Pero él me agarró del brazo.
- No puedes hacerme esto… -me miró a los ojos, pero yo desvié la vista.
- ¡Déjame en paz! ¿No ves que no te quiero y que no quiero saber de ti? –y me marché dejándole ahí solo.

Seguí caminado mientras dejaba atrás a Matt. Quería ir a ver a Damon, quería saber si todo lo que había pasado la noche anterior fue un sueño o todo era verdad.
Así que me encaminé hacia la casa de los Salvatore.
Toqué la puerta y esperé a que alguien me abriese.
Estaba desprevenida mirando hacia al jardín cuando noté que alguien abrió la puerta. Me giré y vi a Damon sin camiseta. Me quedé algo atontada, nunca le había visto así y la verdad es que me gustaba tenerlo frente a mí de aquella manera.
Damon me miró y apoyó el brazo sobre el marco de la puerta.
Reaccioné y hablé.

- ¿No vas a invitarme a entrar? –le pregunté.
- ¿Ahora eres un vampiro y yo no lo sabía? –me miró muy pícaramente.
- Ya me entiendes, Damon.
- Pasa. Aunque me has pillado algo ocupado… -se apartó y entré.

Me quedé parada y me giré. Ahí le tenía frente a mí con esa sonrisa, que me volvía loca, no sabía qué decir. Pero algo tenía que hacer.
Me lancé sobre él y le besé.
Él me agarró muy fuertemente por la cintura y me puso contra la pared, mientras me besaba salvajemente.
Yo le acariciaba el torso mientras él seguía besándome, y cuando más estábamos profundizando el beso, nos interrumpieron.

- Damon, cariño. ¿Cuándo vas a volver a la cama? –era una chica espectacular. Era rubia, alta. Parecía una modelo. Cuando escuché su voz empujé a Damon y la miré. No me lo podía creer.
- ¿Damon? –le miré.
- Te dije que me habías pillado algo ocupado. –me contestó sonriendo.
- ¿Quién es ésta, Damon? –se acercó la chica rubia y Damon la abrazó.
- Es Roxy, una amiga. –sonrió.
- Pensé que después de lo de ayer iba a ser todo diferente… -le miré.
- ¿Ayer? ¡Roxy nosotros no somos nada!

Sin decir nada me marché de ahí dando un portazo. Me sentía mal. Pero no tenía con quién hablar de ello. Así que no volví a casa y me fui a dar una vuelta por el pueblo. Quería despejarme.

**

Ya eran las diez de la noche. Decidí salir un rato a tomar algo. Quería estar sola, así que no llamé a nadie para que viniese conmigo.

Me fui a un bar a las afueras del pueblo. Ahí me senté y comencé a beber y a beber.
Ya había bebido demasiado, pero yo seguí. Y cuando me cansé salí a la pista a bailar un rato.
Empecé a bailar muy sensualmente, no es que buscase llamar la atención de ningún chico, pero si alguno caí, ¡mejor!
Así que yo seguí a lo mío.

Pasó un largo rato, yo me aburrí así que decidí ir a sentarme un rato. Pero alguien me agarró de la mano. Yo me giré y me encontré con un chico muy guapo. Debía de tener unos veinte años. Era alto, moreno y tenía los ojos azules.

- ¿A dónde vas tan rápido, preciosa? –se acercó a mí.
- ¡Iba a tomar algo! –sonreí.
- ¡Te invito! –me dijo el chico y me acompañó hasta la barra.

**

Elena y Stefan llegaron a la mansión Salvatore. Iban conversando acerca de Roxy y su comportamiento.

- Stefan, no es normal que Roxy se porte así. Y además no aparece. Tendría que haber llegado ya a casa o al menos haber avisado de dónde estaba. No sé nada de ella y me preocupa. Espero que Damon no la haya vuelto a secuestrar.
- ¿Qué dices de mí? –dijo Damon pasándose la toalla por detrás del cuello.
- Damon, ¿sabes dónde está Roxy? –preguntó Elena sin contestar la pregunta que Damon había hecho.
- Se pasó antes por aquí. Pero se marchó enfadada. ¡Me cortó el rollo! –soltó Damon.
- ¿Sabes a dónde ha podido ir? –preguntó ahora Stefan.
- No tengo ni idea… -contestó Damon.
- Voy a salir a buscarla. –soltó Elena.
- No vas a ir sola. Voy contigo. –le dijo Stefan. – Y tú. –dijo mirando a Damon. –Vienes con nosotros. Tienes más capacidad que yo de poder registrar las zonas.
- ¡Vale, vale! –soltó Damon.

Salieron a buscarla por todo el pueblo. Elena preguntaba a la gente si la habían visto y Stefan y Damon intentaban rastrearla con sus poderes.

- Nadie la ha visto. –dijo Elena desesperada.
- ¡Silencio! Creo que puedo rastrearla. –dijo Damon. Y de repente creó una nube de niebla que se expandió.
- ¿Cómo ha hecho eso? –preguntó Elena a Stefan.
- Damon es capaz de controlar el clima… -contestó Stefan.

**

Roxy estaba besándose con aquel chico en el callejón que había al lado del bar. Pero el chico fue yendo a más y comenzó a meterle la mano en la falda que llevaba la falda. E iba subiendo. Roxy intentó pararlo, pero no podía. Él era mucho más fuerte.
Comenzó a desabrochar la blusa de Roxy, mientras ella chillaba para que alguien la escuchase.

- ¡SUÉLTAME! –gritó con todas su fuerzas.
- ¡Nadie te va a escuchar grita todo lo que quieras! –contestó el chico. – No sé por qué ahora te pones así. Antes me gustabas más. Eras más sexy y atrevida y ahora te cortas…
- Déjame ir, por favor… -le suplicó Roxy.
- ¡Cállate! –le soltó una bofetada a la chica.

En ese momento aparecieron Elena, Stefan y Damon. Éste último se lanzó sobre el chico y le mordió.
Cuando terminó de beber su sangre, pero sin matarlo, lo soltó en el suelo con brutalidad y se acercó a Roxy.

- Está inconsciente… -dijo Damon.
- Será mejor que la llevemos a la mansión. –propuso Stefan. Elena se acercó a Roxy e intentó levantarla.
- Deja, yo la llevo. Tú no puedes con ella. –soltó Damon y la cogió en brazos y se marcharon.

**

Al llegar a la mansión de los Salvatore. La subieron al dormitorio de Damon y la tumbaron en la cama.
Salieron de la habitación y comenzaron a hablar.

- ¿Por qué está así? ¡Ella no es así! Y no creo que sea por Matt. –soltó Elena.
- Habrá que hablar con Matt. –propuso Stefan.
- Matt no sabe nada… -dijo Damon.
- Creo que será lo mejor. –contestó Elena sin hacer caso a Damon.
- ¡HE DICHO QUE MATT NO SABE NADA! –gritó Damon para que le escucharan.
- Damon, tú sabes más de la cuenta, ¿no? –le miró Stefan. – Sabes por qué está así. –Damon no le miró. - ¡Suéltalo! –le ordenó Stefan.
- Yo provoqué lo de Matt y Caroline. –soltó. Y bueno Roxy me pidió que le hiciese olvidar todo lo que le hacía sufrir y así hice… Pero parece ser que se me fue de las manos… -explicó Damon.
- ¿Que tú qué? –soltó Elena mientras se lanzaba sobre él, pero Stefan la paraba.
- No es hora de pelearse. –intentó calmar la situación Stefan. – Ya habrá tiempo de hablar de ello. Y ahora Damon… Vas a deshacer la compulsión… -Damon asintió. Entraron en la habitación, pero Roxy ya no estaba.
- No está… -se comenzó a preocupar Elena.

Damon miró por toda la habitación y entró en el baño. Ahí la encontró sentada en el suelo. Con la cabeza entre las piernas.

- Roxy… -se acercó.
- ¡Déjame! –se levantó e intentó salir corriendo, pero Damon la frenó. - ¡Te odio! –comenzó a golpear el pecho del chico.
- Roxy… Mírame. –ella obedeció. – Te vas a acordar de todo lo de Matt y Caroline, ¿vale?
- Me voy a acordar de todo lo de Matt y Caroline. –repitió como un zombie. Damon la cogió en brazos y la tumbó sobre la cama.
- ¡Chicos, está aquí! –gritó para que Elena y Stefan le escuchasen.
- Damon… ¿Por qué no me has hecho olvidar lo nuestro? –susurró Roxy y después de quedó dormida del cansancio.
- ¡Shhh! Duerme… -le tapó con la sábana y salió de la habitación.

domingo, 4 de abril de 2010

Capítulo.7

*[PUNTO DE VISTA DE DAMON]*

Me quedé mirando hacia la puerta de la casa de Roxy, no quería hacerla sentir mal. Pero quería que viese que Matt no era lo suficientemente bueno para ella.
Así que comencé a pensar qué podía hacer, hasta que se me ocurrió una magnífica idea.

Subí al coche de nuevo y me dirigí a la fiesta para encontrar a Matt y a Caroline. Mi plan era perfecto y no podía fallar.

Entré en la mansión y me concentré para ver si podía escuchar la voz de Caroline. Y sí la escuché no estaba muy lejos de mí. La busqué y ahí la encontré bailando con Matt.
Me acerqué y hablé.

- Perdón. Ya he vuelto, preciosa. –miré a Caroline.
- ¡Qué bien tenía ganas de estar contigo! –se soltó de Matt.
- Cariño, podrías traerme una copa. –ella encantada se marchó y nos dejó a mí y a Matt solos. Me giré y le miré. – Vas a besar a Caroline y os vais a acabar acostando sin que te importe en este momento lo que piense Roxy. –usé mi compulsión contra él.
- Voy a besar a Caroline y vamos a acostarnos sin importarme lo que piense Roxy. – repitió como un zombie. Yo sonreí satisfecho y me marché a buscar a Caroline. Cuando la encontré me acerqué a ella y repetí lo que le hice a Matt. Ella se dirigió hasta Matt y subieron a una de las habitaciones del segundo piso. Yo sonreí más que satisfecho…

*[FIN DEL PUNTO DE VISTA DE DAMON]*

Stefan y yo estábamos bailando y pasándonoslo bien cuando vi algo un tanto raro. Vi como Caroline tiraba a Matt de la mano y se lo llevaba al piso de arriba.
Me aparté de Stefan.

- Stefan, ahora vengo. –le dije. – Tengo que ir al baño… -y me marché.

Subí las escaleras y doble la esquina. Ahí les vi a ambos besándose con mucha pasión. Sentí una punzada en el pecho. No porque me doliese a mí, sino por Roxy. Matt le estaba siendo infiel y Roxy no aparecía por ahí y no se estaba dando cuenta de nada.

Muy decidida me acerqué a la pareja y les aparté.

- ¿Qué haces, Matt? –le miré seriamente. En mi voz se notaba la ira.
- Estoy con Caroline, ¿no lo ves? –intentó volver a besarla. Pero se lo impedí.
- ¿Y Roxy? –pregunté.
- ¡No lo sé ni me importa! –contestó él.
- ¡Estás engañándola con su amiga! –le chillé.
- No me importa lo que piense Roxy. ¡Y ahora lárgate! –me soltó y con mucha rabia acumulada me fui.

Bajé corriendo las escaleras y me dirigí a donde estaba Stefan y le encontré con Damon. Pero en ese momento no me importó que estuviese ahí.

- ¿Qué te pasa, Elena? Tienes mala cara. –me dijo Stefan.
- Matt y Caroline se están liando en el piso de arriba… -solté.
- ¿QUÉ? –preguntaron los dos hermanos.
- Y a Matt no le importa lo que piense Roxy… -me enfadé aún más al recordarlo.
- Pobre Roxy… ¿Cómo le pude hacer esto? –preguntó Stefan.

Todos nos quedamos en silencio.

**

Estaba echada en la cama. Me sentía fatal por lo ocurrido con Damon. Pero a la vez me sentía bien.
Me quité el colgante que me había regalado Matt. Me había daño recordar que lo llevaba puesto después de todo lo que había pasado.

Matt intentando hacerme feliz y yo liándome con Damon. ¡Genial! ¡Lo había hecho muy bien!
¿Por qué simplemente no podía aceptar ser feliz con Matt?
Él era todo lo que una chica como yo buscaba y yo siempre buscaba a Damon, que era todo lo contrario a Matt.

Me levanté y me dirigí al baño para lavarme la cara. Al terminar salí y me choqué con alguien. No estaba sola en la habitación…

Alcé la vista y miré quién tenía en frente.

- ¿Qué haces aquí, Damon? –me giré.
- Vengo a hablar contigo… -me dijo secamente.
- No tengo nada de que hablar contigo… -él me hizo girar para que le mirase.
- No es sobre mí… Es sobre… Matt. –mis ojos se abrieron de par en par.
- ¿Qué ha pasado?
- Tu novio se estaba dando el lote con Caroline cuando volví a la fiesta. –al escuchar las palabras de Damon, me dejé caer en el suelo. Y comencé a llorar.
En ese momento noté como Damon se ponía a mi altura y me abrazaba. Yo alcé mis brazos sin fuerza e hizo lo mismo.

- ¿Es una broma no, Damon? –son las únicas palabras que en ese momento salieron de mi boca.
- No… Elena lo vio y nos lo contó a mí y a Stefan… -me miró mientras yo rompía en llanto sobre su hombro.

De repente me levanté muy bruscamente y me senté en la cama, cogí el móvil y lo apagué no quería recibir ninguna llamada de nadie.
Damon se sentó a mi lado y habló.

- Matt dijo que no le importaba lo que fueras a pensar después de todo. –me dijo Damon.
- Le odio… ¿Cómo puede hacerme esto? –suspiré. –Bueno… En parte me lo merezco…
- ¿Por qué te lo mereces? –me miró.
- Porque tú y yo nos besamos… -le contesté sin mirarle a los ojos. No era capaz de hacerlo.
- Yo te besé a ti. –intentó explicarse pero le corté.
- Y yo te seguí y no me negué en ningún momento.
- Bueno… Si darme una bofetada no es negarse… -comenzó a reírse. –Además fue un beso insignificante, sin sentimiento, ¿verdad? –me sonrió pícaramente.
- Sí, sólo un simple e insignificante beso… -me atreví a mirarle al fin.

Estuvimos un rato sin hablar cuando vi que Damon se fue acercando a mí. Yo no quité la vista y me mantuve firme.
De repente se fue la luz y nos quedamos a oscuras. Me aparté de él y me levanté de la cama.

- Voy… voy a encender unas velas. –me acerqué a la cómoda, saqué unas velas y las encendí.

Cuando me giré vi a Damon a unos centímetros de mí y me asusté.

- Damon… -susurré.

Nos quedamos mirándonos fijamente durante un instante y como dos imanes que se atraen nos fuimos acercando. Nos volvimos a mirar otro instante. Vi como Damon acercaba su rostro al mío, me miró. Y yo sin dudarlo un instante, di el último paso, acorté la poca distancia que quedaba entre nosotros y junté mis labios con los suyos.
El beso comenzó muy suave y dulcemente pero fue yendo a más, se convirtió en un beso apasionado.

Todo lo de Matt que me había preocupado hasta ese momento desapareció con aquel beso.
No podía negar que seguía amando a Damon, y que este era el mejor momento de mi vida…

No quise separarme de Damon pero necesitaba respirar, así que a regañadientes me separé sin dejar de sonreír y le miré a los ojos. Ambos sonreímos.

Le cogí de la mano y le arrastré hasta mi cama, ahí me dejé caer. Él se sentó y me miró, mientras me acariciaba el pelo.

- Quiero que me hagas olvidar todo… -hablé al fin. Él me miró.
- ¿Qué quieres olvidar? –me preguntó mirándome a los ojos.
- Lo de Matt y Caroline… Todo lo que me hace sentir mal. –suspiré y seguí hablando. – Quiero ser feliz… –tiré de su brazo e hice que cayese sobre mí. Ambos nos miramos.
- No sé si es buena idea… -me contestó mientras me volvía a acariciar el pelo. Yo me quité la pulsera de verbena que me había regalado Stefan. Se la enseñé a Damon y la lancé al aire.
- Es un favor que te pido… -le volví a mirar.
- ¿Qué van a decir Stefan y Elena si se dan cuenta de todo? –me preguntó.
- No me importa lo que piensen… Sólo me importa lo que pienses tú. –contesté. –Sé que te gusto, pero que sigues manteniendo en tus recuerdos a Katherine. Tú me harás olvidar a Matt y yo haré que te olvides de Katherine…

Damon fue a hablar pero no le dejé. Puse un dedo sobre sus labios y evité que dijese nada. Me acerqué a él y le besé. Él me correspondió.

Era un sueño hecho realidad…